sábado, 28 de agosto de 2010

La Regalina

De todas las ermitas que pueblan Asturias, se desparraman por sus cimas y laderas y crecen por sus montes, una de las más bellas es, sin ningún lugar a dudas, la ermita de la Virgen de la Regalina, en Cadavedo.

La construcción y ubicación de una iglesia, un santuario o una ermita en un lugar concreto responde siempre a una razón concreta, a un "por qué". La norma general es que se erigen en aquellos lugares que ya eran sagrados antes del cristianismo. Ejemplos de ello, los tenemos en toda la geografía, no solo asturiana, sino mundial. Por citar un caso concreto asturiano: la primera ermita levantada por la monarquía asturiana, bajo la advocación de la Santa Cruz, en Cangas de Onís, está construida sobre un dolmen antiguo, que aún se conserva dentro de la propia ermita.
Hoy quiero referirme a la ermita de la Virgen de la Regalina. Este no es un lugar de devoción por los primitivos astures. Es, simplemente, un lugar bello. Un trozo de paraíso en la costa. Una estampa de admiración.

Allá por el año 1931, el famoso Padre Galo, una persona amante de la naturaleza y de la religión, se dio cuenta que "tan bella estampa" seguía siendo un lugar pagano, que atraía a muchos enamorados de la naturaleza. Y, como la religión todo lo quiere ocupar, decide construir justamente aquí, en el paraje más bello de la costa, la ermita de la Virgen de la Regalina.

Aprovecha la devoción que ya existía a la Virgen de la Riégala, una imagen que -atentos a la cristianización- aparece dentro de un árbol sagrado de los astures, como es "carbayu".

Y hace algo fantástico. Unir a un pueblo con una estampa. Juntar religión y naturaleza. Belleza paisajística e -imagino- belleza espiritual. Admiración por el paisaje con devoción por la imagen. Buscó el reposo del alma, en su concepción griega, como principio de vida de toda la naturaleza y como racionalidad específica del hombre. ¡Toma lección gratis de filosofía y teología!

Y para admirar todo el esplendor de este encanto de lugar, nada como la sencillez de una pobre ermita. Personalmente, soy un gran admirador y devoto del prerrománico asturiano, tan olvidado de la Iglesia y de la Administración. Me encanta, me vuelve loco, pasaría -y paso- horas admirando la sencillez del palacio del Naranco, pero, reconozco, la ermita de la Virgen de la Regalina me envuelve en una paz, tranquilidad y sosiego que solamente lo dan estos lugares especiales. Mucho más, si nos asomamos al acantilado que rodea la ermita.

Los primeros pasos del Padre Galo, los rezos iniciales y los rosarios que debían desgranar por el camino los neófitos de la Riégala, se han transformado en una procesión civil de carros, guajes, gaitas, adornos y fiesta, mucha fiesta.

Hoy es una celebración de asturianía que ocupa y rellena el último domingo del mes de agosto. Una fecha que atrae a cientos de romeros, religiosos y no religiosos, a creyentes y agnósticos, a devotos y ateos, a foráneos y extranjeros. Y lo cierto es que son muchos los que, aún sin creer, hacen una pequeña oración cuando admiran la ermita y la imagen de la Virgen. Los rescoldos siempre quedan.

¿Les gustó el escondite? Marcelo y Juana son, además de familia, unos grandes enamorados de Asturias que, estoy seguro, que aún no han descubierto este lugar. Vosotros, que reposáis vuestro descanso en ese bello pueblo que es Mataluenga, tenéis que acercaros a este santuario. Ese día, en mi honor y como pago de esta información, cantáis una salve como solo vosotros lo sabéis hacer, con esas voces imponentes. Marcelo, no te olvides grabar todo para que quede constancia de tan magnífico canto en plena naturaleza.
¡Ah! No olvidéis comer unas enfiladas, algo muy típico de esta fiesta y que se subastan con el ramo que se ofrece a la Virgen.

Y, por favor, no podemos irnos de este entorno sin visitar el cementerio más guapo, "de muertos bien relleno", de toda Asturias y parte del extranjero: el cementerio de Luarca, la villa blanca. Otro día hablo de los cementerios más preciosos de Asturias.


Buen viaje, buena comida y mejor devoción.
En la guía de turismo ASTURIAS, Ermitas, Santuario y Naturaleza, te cuento muchas más cosas sobre esta zona occidental de Asturias. En la guía encontrarás, también, hoteles y casas rurales con encanto, restaurantes de todos los tipos y lugares recónditos que son auténticas estampas para contemplar

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