jueves, 1 de julio de 2010

La Descarga. Virgen del Carmen. Cangas del Narcea



16 de julio. Ocho de la tarde. La Virgen cruza el puente de regreso a su casa. Se detiene un momento para charlar con sus convecinos. La están esperando. A una señal, se dirigen a ella con una explosión. De júbilo. A continuación, estalla el cielo. Se impregna de silbidos que ascienden, de humo que deja la explosión. Nadie habla. Los espectadores están impresionados por la imagen y el estruendo. Tiembla el puente.
Más de 6.000 docenas de voladores truenan en menos de ocho minutos. Más de 72.000 cohetes. Más de 9.000 por minuto. Más de 150 por segundo.


"Hombre o mujer, cualesquiera que sean tu linaje y condición, que presencias LA DESCARGA. Cuando veas ese mozo que en mangas de camisa y con una mecha encendida en la mano se juega su integridad física y se muere de impaciencia porque lleva un año aguardando este momento. Cuando veas a ese elemento de la Banda municipal que ni siquiera se cambia de uniforme de músico, ni se quita la gorra porque hay que ganar todo el tiempo posible para soltar voladores. Cuando veas a ese hombre cuya humanidad es capaz de tumbar a un buey de un puñetazo, temblar como una hoja y morderse el bigote para sorberse las lagrimas. Cuando veas a todo un pueblo con un nudo en la garganta ponerse de pie, más aún, de puntillas, porque tira de él una fuerza irresistible. Cuando veas todo esto y mucho más, piensa...piensa que dentro de LA DESCARGA hay algo más que humo y pólvora, y explosiones y repique de campanas. Yo te lo diré: hay, que en ese momento, nosotros, los cangueses, con los ojos puestos en la Virgen del Carmen, vemos y hablamos con nuestros padres, con nuestros hijos, con nuestros hermanos, con nuestros amigos... con nuestros muertos..." Constantino Prieto (Tino Chichapán) 1.966

Cangas del Narcea no tiene mar, pero su Virgen emerge por encima de las olas de humo que forman los voladores. Los cangueses reposarán tranquilos un año más.

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